domingo, 4 de septiembre de 2011

Candela Rodríguez (1999-2011)

“Encontraron muerta a Candela en un descampado”, fue la noticia que golpeó el corazón de los argentinos. Esa carita angelical, se había hecho parte de las charlas de café, de las oraciones de aquellos que creen en algo superior, de las sobremesas.

Maestros, compañeros de escuela, vecinos, caminaron día a día pidiendo por su liberación.

Hoy, tomando distancia del hecho en sí, lo que sí es verdad, hasta diría lo único que es verdad es que Cande ya no está jugando, soñando, riendo o estudiando. Esa es la única verdad. Lo demás cae en un manto de sospecha e incertidumbre.

En sus últimas declaraciones a la prensa la madre dijo: “Sí claro, porque ellos me conocen, saben que no soy de quedarme con las manos cruzadas, saben que voy a luchar hasta lo último.”

Hoy se plantea si no habría que detenerla por entorpecer a la justicia, hasta por encubrimiento en grado menor.

La locura humana llega a límites insospechados, no nos olvidemos que con mentira, encubriendo, o lo que sea, esa madre perdió a su hija y es un dolor que lo llevara mientras viva. Inentendible que la policía le mostrara el cadáver en el lugar donde fue encontrada, ¿tan difícil era llevarla hasta la morgue del hospital más cercano? ¿No hay compasión? Más allá de lo que pensemos de la madre, no es la forma, no es el protocolo. Parecemos de cuarta, sin sentido común que debería ser el más común de los sentidos. ¿Qué nos está pasando?

Muchas cosas quedan en el aire. No sé si nuevamente los famosos se prestarán a estas acciones solidarias, porque en síntesis, todos absolutamente todos, desde la Presidenta Cristina Fernández que la recibió este domingo, hasta quien escribe, pasando por el Gobernador Scioli, Adrian Suar, Guillermo Francella, Ricardo Darín, otros famosos, los vecinos, amigos, compañeritas de Cande, las maestras, en fin toda la sociedad argentina fue engañada. Cuan claro queda ese dicho que dice “la verdad, trae libertad”.

Es triste decirlo, pero hasta la mafia tiene códigos y si no los cumplis…


Trazo un paralelo con la muerte de Carlos Menem Junior, es la misma situación, su padre el entonces presidente Carlos Menem, no hizo, o no dio, o no dejó de hacer. Tan solo él lo sabe el porqué y la mafia se la cobró con su hijo. Y allí se termino el tema con una vida menos.

La exposición mediática, el pensar que la presión social doblegaría a los malhechores, esto llevó directamente a la muerte de Candela ya que por estos códigos de los que te hablo indica que si los delincuentes se encuentran acorralados lo más seguro es que terminen con la víctima para después desaparecer.

Ahora parece que en estos secuestros hay que investigar también a quienes lo denuncian. ¿Qué país estamos construyendo? Donde la mentira impera sobre la verdad. Haber si lo entendemos de una vez: En situaciones extremas la mentira está asociada a la muerte, en cambio la verdad a la libertad.

Que investiguen, que los encuentren y que paguen. Que purguen la condena que los está esperando en algún juzgado, y que también investiguen a los Rodríguez, si ellos robaron, mataron, secuestraron anteriormente y son causas que no fueron cerradas; que paguen por lo que hicieron. Esos padres llevarán por el resto de sus vidas, el dolor de una hija que ya no está. Espero que acá termine esta lucha y no haya venganza.

A Cande la aprendimos a querer desde su ternura de niña, y su carita angelical.

Para que no haya más casos Candelas en este país. Que así sea.

FUNDACION ALAS DE AGUILA