domingo, 20 de julio de 2014

"¡Gracias Selección!"

Hoy varios temas en uno. 
El primero es agradecer a todos los jugadores de la Selección Nacional y al cuerpo técnico.
Un ejemplo fuera y dentro de la cancha. No hubo que lamentar ningún incidente, que normalmente planteles anteriores tuvieron por no saber perder. Una imagen muy especial, cuando regresaron a la Argentina, todos con traje y corbata, mostrando por primera vez en años, un perfil diferente, respetando un protocolo, algo muy extraño para nuestro país. 
Una sola manchita. Salir segundo es un honor, por ello hay que lucir con alta estima la medalla conseguida, por más que en el fuero íntimo quisiéramos la que tiene el rival, y seguramente no nos la sacaríamos. Hay 30 equipos que quisieran esa medalla de plata, pero la tienen los argentinos y eso vale. Hay que romper con ese maldito mensaje que salir segundo no sirve de nada, esa es una mentira que cae en este momento. Esta selección así lo demostró.
El comportamiento integral de este plantel, marcará la historia, se los aseguro. ¿Y saben cuál fue la diferencia? La misma estuvo en la cabeza, en el líder por el cargo que ocupa, el SEÑOR Alejandro Sabella. Él, marcó con su ejemplo a este grupo de personas. Nunca una palabra fuera de lugar, aún ante el acoso muchas veces malicioso del periodismo, que busca el título amarillo. Sabella, no le dio de comer a las fieras. 
Hay que bucear en sus conceptos. Él dijo sobre el último partido: "Vamos a darlo todo, como lo hemos hecho siempre, para que Argentina sea campeón otra vez. Los valores serán la humildad, el sacrificio, el trabajo, el dar antes que recibir y el perdonar antes que exigir. Los objetivos serán entregarlo todo por el compañero, por la camiseta argentina, por el fútbol". Shuuu que bueno sería traspolar este mensaje a quienes tienen y tendrán en sus manos el destino de esta hermosa Nación, no?
Algo de a poco está cambiando.
Otro punto. La imagen de Messi terminado el partido era la tristeza en persona. Un chico que creció en el silencio de nuestra sociedad, el cual nuestro país le dio la espalda a la hora de llevar su tratamiento, un chico que desde los 11 años se sometió a miles de inyecciones para poder crecer y poder triunfar con nuestros colores diciéndole que NO a España, país donde lo respetan como se merece por lo que es y por lo que logró. ¿Y todavía nosotros como argentinos lo ponemos en duda? Les puedo asegurar que ninguno de los que vimos el partido por TV o en la cancha sufrió ni siquiera un cuarto de lo que lo sufrió él. Él sufre más que nadie, el no poder haber traído la copa, él sufre más que nadie su remate que salió rozando el poste izquierdo de Neuer, pero también él no fue tan feliz como los miles de argentinos que gritamos su goles decisivos en la primera ronda para poder clasificar, ¿saben por qué? Porque mientras él jugaba, estaba con la presión de saber que el partido siguiente tenía que dar el doble y que aunque él estuviera brillando siempre iban a reprocharle algo. Cuando brilló individualmente, se criticaba la "Messi dependencia" del equipo y cuando se puso el traje de obrero para que el equipo funcione y brille, lo tildaron de "pecho frío" y miles de cosas más. Como verán, los argentinos nunca nos conformamos. Hemos cometido el grave error de compararlo con Maradona, siendo jugadores distintos en momentos distintos y en planteos tácticos distintos, quizás no haya traído la copa como Maradona, pero podemos agradecerle de ser un ejemplo como profesional y humano, dando una muy buena imagen que nos favorece como argentinos, por su prudencia al hablar, por no pelearse con nadie, por ser un jugador que no golpea si se ve superado. Te pedimos que nunca dejes de ser ese niño que solo quiere jugar a la pelota, y siempre vamos a estar agradecido de que seas ARGENTINO. ¡Gracias Pulga! Gracias por invitarnos a soñar.
Otro tema vinculado con esto. Porque como argentinos le exigimos a Messi, que sea lo que nosotros queremos que sea y no lo dejamos que sea lo que realmente es. ¿Por qué nos ensañamos con Lionel y no con quienes nos conducen? ¿Por qué la intolerancia con este simple mortal (aclaro… el mejor del mundo) y tanta pero tanta paciencia para con quienes dirigen nuestros destinos, desde el ejecutivo, legislativo, judicial, en la Nación como en las provincias, cuando toman decisiones que van literalmente en contra del pueblo que los elige o les abona sus honorarios? ¿Por qué al mejor del mundo le demandamos que nos dé más y a aquellos que son de mediocre para abajo, no hacemos lo mismo?
¿Por qué ante el extraordinario, nos falta paciencia, pero con el ordinario parece ser que lo bendecimos con nuestra pasividad?
Además ¿que ganaríamos si Messi y los otros veintidós ganaban el mundial?, solo eso nos iban a dar una alegría, una felicidad, efímera como lo son aquellos objetivos que se alcanzan en los que no tenemos una activa participación. Ahora, ¿cuánto ganaríamos como sociedad, si quienes nos conducen ganaran el Mundial de sus vidas?
Para pensarlo, no?
Nos quedamos con el valor de la humildad, que no es sinónimo de pobreza, sino de calidad humana. Con eso nos quedamos, que puedan mirar hacia adelante y arriba y no por ser los mejores competitivamente, sino por ser buenos seres humanos. El argentino, desde siempre ha sido tildado (y en muchos casos con razón) como soberbio y arrogante, puede cambiar ese estigma gracias a esta selección nacional de fútbol, donde primó el compañerismo, la humildad, el silencio, la frescura, el humor, el sentido común, el reconocimiento, donde no se vio ni un insulto, ni una bronca, ni una mala señal, en los vestuarios no hubo lío (solo Messi). Eso es lo que rescatamos.
El mundial 2014 ya es historia, pero nos queda jugar este mundial donde todos necesitamos ganar… 
Ganarle a la tristeza, a la muerte, a la guerra entre argentinos, al egoísmo de generar solo mi bienestar;
Ganarle al miedo de la inseguridad, y que en nuestro barrio las calles sean la canchita de los niños, que las veredas sean de nuevo los lugares de encuentro entre vecinos, y que la puerta de nuestras casas se destrabe para recibir los amigos, la familia… Deseamos que las motocicletas vuelvan a ser parte del paseo de amigos y amores, y no el móvil de los motochorros… 
Ganarle a la violencia pero no con las mismas armas, sino con amor… que los padres quieran ser pilares de la familia, y los héroes que rescatan a sus hijos de las calles, de la droga, de la falta de respeto…
Que en los estadios de fútbol se vuelvan a ganar partidos y no negocios, para la alegría de los hinchas que llevan la camiseta pintada en su corazón.
Todos somos parte de esta SELECCIÓN… jugá donde quieras y como  puedas…lo que importa es el corazón.
Argentina quiere ser campeón de este mundial que todavía estamos a tiempo de ganar…para la VIDA de TODOS LOS QUE HABITAMOS EL SUELO DE ESTA HERMOSA NACIÓN.
Fundación Alas de Águila