domingo, 22 de marzo de 2015

El Carácter

La responsabilidad de cada ser humano es tener carácter. Este se ve ante situaciones límites. La vida es todo un entrenamiento para llegar a tener carácter. Ahora, no hay que esperar a ser un anciano para alcanzarlo sino por el contrario a medida que vamos caminando en esta ruta hermosa que es la vida, entonces allí comenzamos a formar nuestro carácter.
Cuando hay incomodidad entonces estamos creciendo. Es como cuando a un niño el zapato le empieza a apretar los dedos del pie, no es que el zapato ejerce presión, sino que la realidad es que los dedos están creciendo y necesitan mayor espacio; el pie se da cuenta que está creciendo porque está incomodo.
Una de las herramientas que nos regala la vida, para llegar a tener carácter es la paciencia. Muchos dicen que paciencia es la ciencia de la paz. Vamos un poquito más profundo.
Según el diccionario paciencia es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien. La paciencia es el mayor desarrollador de carácter. Otro es la obediencia. En la medida que soy obediente voy creciendo y desarrollando el carácter.
La manera que se demuestra el tener carácter es ser lo que tengo que ser y luego (recién) hacer lo que tengo que hacer; o sea ser para luego hacer.
Es imposible llegar a tener carácter si primero no tengo identidad y más aún será inadmisible que intente saber qué hacer con mi vida, si no sé quién soy.
La vida es un montón de escalones que debemos ir subiendo, si haces las cosas con excelencia, aunque sean pequeñas eso te promocionará a que te pongan en cosas mayores. Para ser Rey, primero hay que ser príncipe.
Tener carácter es haber alcanzado la madurez que se espera de mí para un determinado momento. Por ejemplo: Se espera que un niño de un año, vaya dejando los pañales y comience a comer cosas sólidas, además de intentar caminar. Ese niño es un niño maduro y con carácter para su edad, ahora si tiene 3 años y no camina, sigue usando pañales entonces no estará maduro para la edad que tiene y eso determinará una discapacidad. Esa discapacidad se manifiesta cuando uno no es lo maduro para lo que se espera de una determinada situación, y podemos ver en la sociedad un montón de “discapacitados” que a pesar de la edad siguen viviendo en una eterna adolescencia y esos son los denominados “discapacitados del alma”.
El carácter se va desarrollando, muchas veces las situaciones límites nos hacen madurar de golpe. Solo los valientes maduran y siempre son los menos, la mayoría normalmente este tipo de situaciones los abate y no los deja crecer. Aquellos que maduran de golpe queman etapas, pero están preparados para ayudar a otros en similares situaciones y finalmente de eso se trata, no? de dar, porque siempre, siempre, siempre es mejor dar… que recibir.
Por una sociedad con carácter, madura para las circunstancias que tiene la vida.
Que así sea.

Fundación Alas de Águila