domingo, 10 de abril de 2011

La masacre de Brasil

Wellington Menezes de Oliveira quedará en la historia por la masacre de abril en Brasil. ¿Qué nos está pasando? La Argentina se vio sacudida en el 2004, cuando una mañana los noticieros traían la noticia desde Carmen de Patagones, donde un tal Rafael Solich, alias Junior, asesinó a tres compañeros e hirió a otros cinco.

Pareciera que las historias se repiten, se van incluso haciendo más trágicas.

Wellington, planeó todo, incluso tuvo el tiempo y la lucidez para dejar sus deseos póstumos. Estas situaciones no se dan de un día para otro, esto se va pergeñando día a día. ¿Dónde estamos los adultos, que no nos damos cuenta de lo que viven nuestros jóvenes y adolescentes? Nosotros creemos en ellos, pues ellos van a sacarnos de la carrera de antivalores que vivimos, pero nos preguntamos, los padres, los docentes, todos aquellos que lo rodeaban, ¿Qué estaban haciendo, mientras Wellington, planeaba, diseñaba está obra trágica salida del infierno?

Quizá, los mayores estaban ocupados en la búsqueda del tener más, de adquirir lo último en tecnología, en buscar otro trabajo para rendir culto al antivalor TENER, en vez de cultivar el valor SER. Muchas preguntas nos surgen cuando un joven de veintitrés años no solo piensa terminar con su vida sino con la de otros.

Obviamente que no todos piensan como él, gracias a DIOS que no es así, pero…

Quizá muchos estén lejos de sus afectos y no lo decimos por la distancia; quizá crezcan sin amor envueltos en este sistema que premia al pícaro, y se burla del honesto, que endiosa al embustero y no le importa el solidario, que premia al que divide y condena al que busca la unión.

Que esto de Wellington, como hace un tiempo lo de Junior, nos sirva para hacer un alto, y ver desde nuestro lugar que estamos generando; si hay a nuestro alrededor jóvenes y adolescentes, que están gritando desgarradoramente, por atención, por cuidado, por amor y podamos extenderles la mano.

El mundo, nuestro mundo es aquel que nos rodea, si cambiamos nuestra manera de pensar o sea esto de estar sumergidos en nosotros mismos, por ver al que está a nuestro alrededor, cambiará nuestra manera de vivir y de todos los que nos rodean. Que así sea.

FUNDACION ALAS DE AGUILA