domingo, 2 de septiembre de 2012

Voto a los 16

Las elecciones legislativas del 2013 prometen ser movilizantes. De aprobarse el proyecto oficial que pretende habilitar el voto de los jóvenes de 16 y 17 años, habrá 2,1 millones de nuevos posibles electores. La mayoría de ellos, casi 1,4 millones, son los que hoy tienen entre 15 y 16 años. A los de 17 les tocará por derecho adquirido, porque en un año serán ya mayores de edad. ¿Pero quiénes son esos jóvenes? ¿Quieren participar de la contienda electoral? La discusión acerca de la conveniencia de ampliar el voto joven, no deja ver, por ahora, a los verdaderos protagonistas: a los chicos. ¿O no es importante decir que un tercio de esos chicos viven en la pobreza ? ¿O que el 33,6 por ciento vive en hogares cuya subsistencia depende de planes sociales otorgados por los gobiernos?

La juventud, lógico, como cualquier grupo social, es heterogénea, aún cuando los adultos nos empeñamos en verlos como homogéneos. Pero se la puede dividir en dos grandes subgrupos, la de los que están, o no, dentro del sistema . Las estadísticas oficiales, dan cuenta de la magnitud de la brecha social, según el Censo 2010, el casi 20 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 17 años no va al colegio . Es decir que hay 389.506 chicos que podrán votar, eventualmente, pero ya saben que no tienen las mismas oportunidades que sus contemporáneos.¿Quieren votar? Sí, dicen ellos. por qué no, y levantan los hombros, porque les interesa pero no los apasiona. ¿Creen que el voto, su voto, puede servir para algo? Sí, ellos creen en la democracia, aunque de los políticos tienen una imagen pésima.

Mientras tanto, los adolescentes pelean por un lugar en el mundo. El Observatorio Social de la UCA, que cruza datos propios con los del INDEC, detectó que en 2011 el 36,8 por ciento de los jóventes de entre 13 y 17 años vivía en hogares bajo la línea de la pobreza . De esos chicos se habla cuando se los invita a votar. Y hay más: el 9,8 por ciento es indigente, es decir que en su casa no alcanzan a acceder ni siquiera a la canasta básica de alimentos. Además, el 8,8 por cientojamás se hizo un control odontológico . Y el 43,4 por ciento no tiene cobertura de salud (obra social o prepaga) por lo que depende exclusivamente de los hospitales públicos. Acaso el dato más inquietante sea, de todos modos, que el 33,6 por ciento vive en casas donde subsisten gracias a planes sociales (nacionales o provinciales),un porcentaje de dependencia -no son planes universales- que viene en aumento: era del 30 por ciento en 2007.

¿Están preparados para sufragar? No lo veamos solo como una oportunidad política, porque se entiende que de eso se trata. Deberíamos levantar la cabeza y dejar de mirarnos los pies, con este tipo de acciones políticas y mirar el horizonte, y pensar como esta acción va a depositar a estos adolescentes en el futuro.

Después de esta norma, vendrá la de "ya que pueden votar, entonces que sean juzgados, no como menores sino como adultos". No solo es sistema les está quemando las etapas que el ser humano debe y tiene el derecho a vivir, sino también desde el poder político, le están quemando la cabeza con decisiones de este tipo. Que paradoja, esta madrugada Joaquín Jimenez, hijo del ministro de Gobierno de Tucumán, se mató en un mini Cooper haciendo una picada. Ese joven no era mayor de edad, era un adolescente, que de salir la esta ley, podría votar, elegir el futuro para él y sus generaciones, pero ni siquiera pudo cuidar su vida y se mató.

Aboguemos para que nuestros legisladores, tomen la mejor decisión. Que piensen en las próximas generaciones, no en las próximas elecciones. Amamos nuestra tierra, nuestra patria. Argentina se merece vivir cada día mejor, que así sea.