Jujuy tiene dos representantes entre los ocho finalistas de la edición 2012 del programa televisivo Abanderados de la Argentina Solidaria, que año a año, distingue a personas anónimas que hacen de la solidaridad un estilo de vida y dejan semillas plantadas en nuestra patria.
Los nombres de Mirta Cabana de la Fundación DarLoCab y de Rosario Quispe de la Fundación Warmi están en carrera.
La verdad que ver estas historias, a uno lo conmueven, porque son personas que sin querer, ponen a Jujuy con la otra cara de la moneda. Una cara que muestra a gente solidaria, que piensa en el otro, que aplica ese axioma que dice “amá a tu prójimo como a vos mismo” y nuestra pequeña y hermosa provincia es conocida también por cosas buenas, donde el amor, la justicia, la paz, la verdad y la vida, se ponen como valores excelsos, muy por encima de la pelea, el odio, la violencia o la muerte.
Desde esta editorial, saludamos a doña Mirta y doña Rosario, pues dan su vida, su ideas para modificar esto que el sistema nos vende como normal. Cuantas generaciones son salvadas por personas como estas.
Ellas no van detrás de un premio o un reconocimiento. Eso ya lo tienen con solo salvar a uno solo de esos seres humanos que pasan día a día por sus organizaciones. Una desde la ciudad capital (doña Mirta) otra desde la puna jujeña (doña Rosario). Ellas transformaron su dolor, sus limitaciones, en un trampolín para cambiar la realidad de muchos jujeños que se toman de sus brazos, que no solo dan mimos, sino que también ponen las cosas en su lugar. No se quedaron lamentando lo vivido, no se deprimieron, sino que transformaron su dolor en acción.
Ellas no les dan a ellos el pescado servido en un plato, o tal vez sí, la primera vez, para que puedan degustar ese sabor, pero después viene el segundo paso: enseñarles a pescar, para que así cuando ellas no estén, cuando ellos se independicen puedan vivir de lo aprendido.
Gracias doña Mirta. Gracias doña Rosario. Gracias por hacer un Jujuy distinto. Por poder dar vuelta el cassette y encontrar el lado B. (los de más de 30 años lo entienden muy bien).
Gracias Jujeñas comprometidas con la humanidad. Ellas cambiaron su manera de pensar, por ello cambiaron su manera de vivir. Ellas hacen, no dicen. Ellas están cambiando generaciones, porque por cada joven que abraza la causa, hay generaciones que van a transformar sus vidas. Aprendamos que es gratis y enriquece el alma.
Fundación Alas de Águila
