domingo, 17 de noviembre de 2013

¿Qué vida tenes?

Cuantos caminamos por la vida en este run-run, en este circuito de Fórmula 1, donde vamos en una loca carrera por llegar primero, porque no nos pasen, pero si nos detuviéramos a pensar un segundo, las preguntas que vendrían a nuestra mente serían: ¿Hacia donde voy?; ¿Tengo una meta o doy vueltas y vueltas en el mismo circuito?; ¿Y si paro en los boxes de mi familia que pasaría?; ¿No tendré que cargar combustible, que me llene los tanques del alma y del espíritu?

Este sistema donde el valor tener está muy por arriba del valor ser, nos marca un derrotero constante y que muchos se suben en esa ola sin pensar si realmente quieren estar ahí, que solo lo hacen, porque, simplemente, la mayoría lo hacen.

Los flagelos que marcan la Argentina de hoy en nuestro adolescentes como la droga, el alcoholismo, el suicidio, la promiscuidad, donde existen en nuestra patria 1.500.000 jóvenes que pertenecen a la generación NiNi (ni trabajan, ni estudian) que nadie sabe que hacen, todos estos azotes que marcan a gran parte de nuestra juventud, tiene su fundamental reflejo en la destrucción de la familia. Muchas parejas hoy no se toman el trabajo de justamente “trabajar” la pareja. Es muy común ver que cuando las cosas no funcionan dicen “no somos compatibles” y chau, a la busca de otra compatibilidad que en poco tiempo también será incompatible y así, siguen destruyendo personas y sobretodo destruyendo a sí mismos. La pareja se trata de construcción no de destrucción, vivir en pareja requiere de esfuerzo y valentía, de paciencia (que es la ciencia de la paz), de tolerancia, y sobre todo de dialogo, de dar lo mejor de cada uno no solo para el otro sino también para uno mismo, de aportar no solo de demandar.

Es bueno pararse en boxes por decisión propia, y no por un pico de stress, por un ACV, un infarto al corazón, que muchas veces nos dejan en boxes de por vida. Hay que tomarse un tiempo para bajar un o varios cambios. Es más, hay momentos en que hay que poner punto muerto y mirar hacia dónde vas y porque. Hay que mirar la familia, que es “aparentemente” la razón de esta loca carrera en la que estamos sumergidos. ¿Cuánto desde el alma y desde el espíritu le estoy brindando a los míos? Porque desde lo material, muchos se están suicidando por darle lo mejor a los suyos, pero lo material sin el alma y sobretodo sin el espíritu carece de sentido.

Hay que disfrutar la vida, no sufrirla. Claro que si nos paramos en que lo más importante es lo material, nunca vamos a conformarnos, porque lo material viene enlazado con el sentido de inconformidad, es como tomar agua salada cuando tenes sed, la sed se sacia por minutos pero después viene con más fuerza. Por ello muchos tratan de darle lo mejor y lo más a su familia, pero cuando un día quieren parar a disfrutar de aquello que buscaron, se encuentran solos, porque sus parejas ahora son sus ex, sus hijos están sin rumbo por la vida y en algunos casos muchos ni siquiera los reconocen como padres.

Tomate un tiempo, compartí con los tuyos, deja un poco de apuntarle todo el tiempo a lo material, probá que tus objetivos sean lo almático y lo espiritual. Disfruta del campo, mira una buena película, observá las obras de arte y aprenderás y le enseñaras a los tuyos como una lección de vida, como un artista puede ver una obra en un lienzo blanco, o un busto o un rostro con todos los detalles en una piedra cuadrada y lisa, anda al circo, al parque, tomate unos mates en familia con amigos. Relacionate con gente que no te haga daño, que te sume, que te haga ascender, hay mucha gente tóxica dando vuelta por ahí, que solo ve la vida con las gafas del negativismo, que te desciende, que cuando terminaste de estar con ella te sentís vacío, cansado. Dejalos abocate a tu familia y a la gente con buena vibra. 

Animáte, hay que empezar a:

1. Detener nuestro avance sin sentido.

2. Ver hacia donde y porque voy.

3. Darle a los míos desde el alma y el espíritu.

4. Tener presente que lo material siempre trae disconformidad.

5. Relacionarnos con la gente correcta.

Esto también es calidad de vida. ¡Que sea esta tu decisión!

Fundación Alas de Águila