domingo, 13 de julio de 2014

"La Selección"

En primer lugar queremos hacer referencia a un tema en particular.

Nosotros como ONG argentina, queremos diferenciarnos de ese pequeño grupo de personajes miserables que inventó ese cantito tan mediocre y ordinario, sobre la lesión en la columna del 10 brasileño.
Con los brasileños siempre hay pica, pero nosotros les queremos ganar, pero en la cancha.

¿Qué hay que tener en la cabeza para festejar que a un pibe lleno de sueños, como nuestro Messi, se le rompa una vértebra?

Yo quiero que seamos campeones mundiales de fútbol, no festejantes de desgracias ajenas.

Pero lamentablemente muchos, pero muchos disfrutan más que les vaya mal a otros; que el éxito propio.

Una referencia para este equipo argentino. La verdad es una muestra de cómo nos gustaría que sea nuestra sociedad.
Que tengamos la sobriedad y aplomo de Chiquito Romero, para atajar los penales que a veces la vida se ensaña en patearnos; el saber esperar la oportunidad y no desaprovecharla como Demichelis; tener la voluntad y el tesón de Rojo, para no darnos por vencidos ni aun vencidos; tener el coraje, la garra, el esfuerzo y la valentía de Javier Mascherano, de no dar por perdida ninguna oportunidad como país; tener el dominio propio y la paciencia para intentar una y otra vez, hasta que se dé como Angel Di María; sacar el talento puro y jugarse hasta el último minuto si fuera necesario, como Lionel Messi; tener el atrevimiento y la locura para esos momentos claves, de Ezequiel Lavezzi; y tener el temple, la humildad, y la prudencia como sociedad, tal cual es Alejandro Sabella. Hay mucho para aprender de este equipo, porque si algo rescatamos de este grupo de jugadores que conforman el combinado nacional, es que son un equipo, algo que parece tan difícil de conseguir como sociedad, el de jugar como equipo, entendiendo que todos somos importantes, que todos somos partes de un todo. DIOS quiera que esto nos lleve a aprender de ellos.

Para finalizar no queríamos dejar de mencionar lo que vive la franja de Gaza con la intervención de Israel, por un lado y Palestina por otro. 

Hay gente civil que está muriendo, no soldados, eh?, pero lo que más nos duele es que niños, mutilados, descuartizados, sean moneda corriente. La pregunta que nos surge es ¿Cómo crecerán esos niños? ¿Qué resentimiento comienza a gestarse en sus vidas? ¿Cómo podrán perdonar a aquellos que mataron a sus padres? ¿Qué será de sus vidas en 20 años? ¿La venganza será su razón de vivir? 

Tantas preguntas y nulas respuestas.

Solo pedimos que esta guerra no afecte a más niños, ellos no tienen la culpa de las decisiones de sus mayores. Ellos solo son la consecuencia de los errores o aciertos de nosotros los adultos.

Que DIOS ponga su mano de paz, si es su voluntad, en este conflicto.

Que así sea.

Fundación Alas de Águila