lunes, 21 de noviembre de 2011

Los impuestos vuelven al pueblo


La noticia llegó como una brisa de aire fresco en la semana que pasó. Después de tres años de vivir en el más absoluto silencio, Milagros recibió hace un mes un doble implante coclear en el hospital Eva Perón de San Martín. Luego de que los médicos encendieran los dispositivos que le colocaron en el oído interno informaron que comenzó a escuchar esta mañana.

“Estaba jugando, en su mundo, como siempre y, de repente, cuando los médicos emitieron un sonido agudo con un programa de la computadora levantó la vista y se quedó quietita escuchando. No lo podíamos creer”, contó emocionada Analía, la mamá de la pequeña.

Milagros, de tres años, nació  ciega y sorda a raíz de un citomegalovirus que la madre padeció durante el embarazo. Tras una operación en el hospital Garrahan de Capital recuperó la visión, pero aún seguía sin escuchar y, por lo tanto, sin posibilidades de hablar.

La intervención, que fue la primera en su tipo y tiene un costo superior a los 30 mil dólares en el sector privado. En el hospital Eva Perón, en tanto, se realizó sin costo alguno para la familia, con financiación del gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

 “Ahora es como un bebé: primero tiene que aprender a escuchar y luego empezará a hablar. Para eso nos dijeron que es muy importante que nosotros le hablemos, le cantemos y le pronunciemos muy claramente cada palabra”, explicó Analía.

El implante coclear es la colocación en el oído de un dispositivo electrónico que restablece la audición en las personas hipo acusicas. Se coloca quirúrgicamente en el oído interno y es activado por otro aparato que se usa fuera del oído.

En el país se calcula que cada año nacen entre 700 y 1.200 niños con hipoacusia. Los especialistas insisten en que la detección en los primeros meses de vida permite revertir hasta el 30 por ciento de las sorderas.

¡Qué buena noticia!, no? Con esto ya está la editorial. Hay buenas noticias, solo que hay que buscarlas. Parece una ironía, verdad? Ella se llama Milagros y la inteligencia del Hombre, aplicada a la ciencia para el bien, pudo generar esto que realmente es un milagro, que alguien que no escucha pueda comenzar a percibir su propio nombre. ¡Maravilloso! Qué bueno cuando vos y yo pagamos nuestros impuestos, podamos ver que son bien utilizados y que en esta ocasión un costo de $120.000, se haya financiado con los tributos de quienes viven en Bs. As.

Como dice el dicho, “si se quiere, se puede”

Que así sea.

FUNDACION ALAS DE AGUILA