La nueva edición del calendario cuenta con la participación de reconocidas modelos internacionales que participan de distintos proyectos sociales y en defensa del medio ambiente, como las brasileñas Isabeli Fontana (suele donar dinero para orfanatos) y Adriana Lima (colabora con campañas en Haití), la checa Petra Nemcova (sobrevivió al tsunami de 2004 en el Océano Indico y ahora colabora para la recuperación de desastres en Indonesia), la etíope Liya Kebede (creó una ONG en defensa de las madres) o las estadounidenses Karlie Kloss, Kyleigh Kuhn y Summer Rayne Oakes, también involucradas en proyectos benéficos. El fotógrafo elegido esta vez por la firma italiana fue el norteamericano Steve McCurry, no habituado al mundo de las modelos y conocido mundialmente por el retrato que hizo en 1984 de una niña afgana de increíbles ojos verdes, en medio de la guerra, y que terminó como tapa al año siguiente de la revista National Geographic. “Traté de retratar Brasil, su paisaje, su economía y su cultura, junto con el elemento humano”, dijo McCurry. El calendario se hizo en Brasil, pensando que en el 2014 es el Mundial de Fútbol y en 2016 es sede de los Juegos Olímpicos.
Algo está cambiando. Esta vez no eligieron desnudos, sino un mensaje social. La sociedad clama por cambios, aunque muchos están adormecidos y no pueden o no se dan cuenta que con los desnudos denigran a la mujer y todos y cada uno de los que estamos en esta tierra vinimos de una mujer, y siempre hay una mujer a nuestro lado, ya sea como madre, esposa, hermana, hija, amiga.
Si en este siglo XXI, meses atrás alguien decía que este almanaque iba a salir al mercado, cualquiera hubiera dicho que era una locura. Por eso gracias Pirelli, por comenzar a marcar un nuevo rumbo en la historia de la publicidad de almanaques sobre todo para gomerías. Esta empresa es la pionera, Dios quiera que muchas más se plieguen a esta iniciativa, por dos razones: Valora a la mujer por lo que realmente es y porque da a la comunidad un mensaje social.
Quien dijo que todo está perdido… yo vengo a ofrecer mi corazón… de eso se trata… de cambiar. Nada está perdido, todo se puede recuperar. Solo hay que esforzarse y ser valiente, aplicar principios como “que los valores tienen valor, no precio”, que “siempre, siempre, siempre hay que dar para recibir”, que “si cambiamos nuestra manera de pensar, vamos a cambiar nuestra manera de vivir”. Nosotros lo creemos y estamos seguros que en éste tiempo comenzaremos a ver cambios profundos, que transformarán nuestra sociedad. Así será.
Fundación Alas de Águila
