La etimología de la palabra futuro, viene del latín futurum –lo que ha de ser-.
Vivimos en una sociedad del hoy, del ahora, del presente. El futuro en general, no tiene cabida en nuestro día a día. Y cuando este futuro se hace presente, vamos decidiendo sobre la marcha. Es por ello que en muchas áreas estamos como estamos.
Un país sin futuro, está destinado al fracaso. En nuestra tierra, nadie se preguntó cuántos ingenieros, contadores, médicos, se necesita para los próximos diez, quince o veinte años. Si no sabemos eso, es muy difícil de organizarnos educativamente, ya sea con el perfil del estudiante hasta con las carreras universitarias.
Otro tema, es cómo manejamos el desarrollo urbanístico, qué perfil de ciudad, de país, de municipio queremos; pero eso, hoy es una utopía porque vamos viendo y en el camino haciendo. Lamentablemente en estas cosas, si se hace camino al andar, nos va como nos va.
¡Ojo!, todo lo que se escribe, es de fácil comprobación, simplemente hay que mirar hacia afuera y nos daremos cuenta.
Hay que ver qué proyecto de país queremos y esta proyección debe ir más allá de los peronistas, de los radicales, de los socialistas, de los de izquierda, etc. etc. etc. Debemos soñar un país y para eso debemos pensar en “lo que ha de ser”, o sea en el futuro.
Debemos tener un norte, un lugar hacia dónde ir. Es como ver el horizonte. Este está delante de nosotros pero no a nuestro alcance inmediato, hay varios kilómetros entre uno y otro; y algo muy particular, a medida que nos comenzamos a acercar, ese horizonte se va renovando.
Cuando hablamos de futuro, lo primero que pensamos es en educación; pues cuando hablamos de educación siempre debemos pensar en tiempos.
Decía días pasados el Dr. Facundo Manes “estoy convencido de que nuestra gran apuesta como nación en este siglo XXI debe ser el conocimiento. El conocimiento es educación, pero también el conocimiento es previsión, solidaridad, una mirada en el largo plazo sin dejar de priorizar las urgencias; el conocimiento permite que podamos vivir mejor”.
Que podamos levantar la vista y soñar con un futuro, pues en ese futuro están inmersas nuestras generaciones, nuestro legado.
Fundación Alas de Águila