domingo, 1 de junio de 2014

"PASIÓN"

Llega el mes del mundial. La argentinidad nos brota por los poros. Es más todos los 20 de Junio de Mundiales, se incrementa el uso de escarapelas y la colocación de banderas en los frentes de las casas. Somos pasionales y eso es bueno. Leía una frase días pasados “Trabajar duro por algo que no nos interesa, se llama stress. Trabajar duro por algo que amamos, se llama pasión”. Fijate este detalle, el trabajo es duro, en los dos casos, la diferencia está en la motivación y por consecuencia el resultado es totalmente diferente.

Los argentinos somos pasionales, eso se revela cuando podemos compartir con gente de otros países sean sudamericanos, o europeos y salta a la vista.

Ahora muchas veces la pasión se transforma en fanatismo y ahí es donde perdemos el rumbo y comenzamos un camino que no nos lleva a ningún lugar.
El argentino vive en los extremos, o no? Frases muy curiosas que escuchamos: Si no sucede tal cosa, ¡me muero! y así con signos de admiración; gritamos los goles de la Selección, como si nuestro hijo hubiera salido bien de una cirugía de un tumor maligno; lloramos cuando nuestro equipo de fútbol desciende una categoría como si hubiera muerto un ser querido; no nos gusta que extranjeros hablen mal de nuestra patria, aunque nosotros lo hacemos las 24 horas del día y si es necesario la noche diría Herminio Iglesias; nos volvimos locos, cuando los ghaneses nos confiscaron la fragata Libertad por no pagar, y no metimos preso a quien en la década del ’90 vendió todas las empresas de bandera argentina; somos doctores y masters en boxeo cuando un argentino pelea por un título mundial, pero no tenemos idea que es un jab o un cross; opinamos de cómo se debería estructurar la FIFA, pero no participamos en la comisión de apoyo al club del barrio; sabemos más que Bielsa, Pekerman, Basile, Batista, Maradona y Sabella pero no podemos organizar ni un cumpleaños de un nene de 1 año; sabemos quién asesino a Angeles Rawson, donde están las manos de Perón, en qué país vive Yabran, donde nació Gardel (era vecino de mi abuelo, viste?), que sustancias salieron en el doping de Maradona en el mundial de EEUU; y si te descuidas en mi árbol genealógico está el que inventó la birome. Los más avezados ya son internacionales y dicen saber quién mató a Kennedy, con quien y donde vive Bin Laden y por si fuera poco… donde está el avión Malayo. Somos extremistas para todo. Si paso algo bueno en la vida de alguien, nosotros decimos “eso no es nada comparado a lo que me paso a mí”, si paso lo peor… “eso porque no sabes la que pase yo, no le deseo a nadie que pase por lo mismo”. Quizá te estes riendo, pero la verdad es que somos así. Se mezclan las cosas, extremismo, orgullo, pasión.

Esta tierra estaba habitada por sus los indígenas trabajadores y con su cultura, luego llegaron los españoles que los sometieron con la espada y con la cruz, más tarde llegaron italianos pasionales y toscos; finalmente la post-guerra depositó a muchos alemanes disciplinados y estudiosos. Cada uno trajo consigo todo el bagaje de su tierra, sus costumbres, sus tradiciones, sus culturas, sus religiones; trajeron lo bueno y lo malo. Ese, si se me permite la expresión “menjunje” dio origen a esto que hoy somos, vos y yo, Ud. y nosotros.

Dejemos de lado el extremismo y el orgullo. Pisemos firmemente la pasión con la que vivimos, eso es algo que nos distingue para bien en el mundo. Somos un país con todo por hacer y DIOS lo bendigo, dándole tantos y tantos recursos.

Sigamos poniendo pasión, pero a las cosas que valen la pena, que generarán un país diferente, nos apasionemos por el arte, por la cultura, por la educación, por el amor, por la vida, la justicia, por la paz, la verdad.

Que así sea…

Fundación Alas de Águila